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Informe de aplicación: La mejor calidad, en todo momento

Informe de aplicación: La mejor calidad, en todo momento

18 Mayo 2023

Cervezas regionales con tradición

Los amantes de la cerveza en el sudoeste de Alemania conocen bien marcas tradicionales como Dinkelacker, Wulle Biere, Schwaben Bräu, Sanwald, Cluss o Haigerlocher. Se trata de cervezas regionales, cada una con su propio carácter, elaboradas por Dinkelacker. Esta empresa cervecera familiar fue fundada en 1888 por Carl Dinkelacker en la calle Tübinger, en pleno centro de Stuttgart, y allí sigue su sede central. La empresa siempre ha dado una enorme importancia a los mejores ingredientes, pues constituyen el fundamento de la calidad de la cerveza; tanto para una Kellerbier en botella swing-top, como levadura de alta fermentación o una Pilsner sin alcohol. Este nivel de calidad se refleja también en los componentes técnicos utilizados para su producción. Por eso, Dinkelacker confía en el Know-How de Leuze en cuanto a aplicaciones y la tecnología de sensores, que cumple los requisitos más exigentes de fiabilidad, robustez e higiene.

Cumplimiento estricto de la Ley de Pureza alemana

Los procesos aplicados en la cervecera siguen una secuencia definida con una precisión que impresiona a los miles de personas que visitan Dinkelacker cada año. Si se observa qué ocurre en el interior se puede conocer todo el proceso de elaboración de la cerveza: en primer lugar, se mezclan 40.000 litros de agua para cerveza y 8,5 toneladas de malta de granjas locales para obtener el mosto cervecero. Para su malta de cebada y trigo, Dinkelacker usa cebada de verano de la zona de Strohgäu y los Alpes Suabios. Dinkelacker es una de las pocas cerveceras en el mundo que sigue usando un Strainmaster, donde finalmente se bombea y tamiza el mosto. Los expertos denominan esto la "lauterización" del mosto. Los granos que quedan tras el filtrado se aprovechan para la alimentación animal. El mosto resultante se hierve a continuación y se le añade lúpulo procedente de Tettnang, cerca del Lago de Constanza. Por último, la cervecera añade su propia levadura seleccionada, que es el último ingrediente de la cerveza. El mosto se enfría luego en la bodega dentro de uno de sus 39 enormes tanques de almacenamiento. Cada uno de ellos contiene entre 300.000 y 500.000 litros y tiene una altura de hasta 25 m. Se llenan desde abajo hasta tres cuartos de su capacidad, ya que la cerveza necesita espacio para fermentar dentro del tanque. Para que el producto acabado pueda llegar al consumidor, pasa a la fase del embotellado.

Tecnología de sensor indispensable

Los sensores instalados en la planta embotelladora suelen pasar desapercibidos, pero son imprescindibles para la eficiencia de los procesos. Dinkelacker usa tecnología de sensores de Leuze en casi todas sus instalaciones. "Los sensores deben ser especialmente robustos y fiables para garantizar un funcionamiento fiable”, explica Florian Fahr, Jefe de Tecnología de Dinkelacker. "Los requisitos de los componentes técnicos en la planta embotelladora son muy exigentes. Aquí las vibraciones son muy fuertes y los sensores deben ser capaces de resistir los frecuentes procesos de limpieza". Son muy pocos los sensores que pueden abordar este reto, por eso Dinkelacker confía en la tecnología de la Sensor People de Leuze. Andreas Eberle Local Industry Manager Packaging de Leuze, explica sus ventajas: "En primer lugar se instalaron fotocélulas reflexivas de la serie PRK de Leuze. Esta serie es especialmente adecuada para aplicaciones en el sector de bebidas. La carcasa metálica de los sensores ópticos es resistente, gracias a lo cual los dispositivos también pueden funcionar de modo óptimo en entornos adversos". Además, estos dispositivos de conmutación óptica pueden detectar incluso objetos muy transparentes como botellas mediante el principio de reflexión, así como las cajas de plástico de alto brillo con diferentes impresiones. En Dinkelacker, la tecnología de Leuze ha demostrado su alta fiabilidad en la práctica, como bien sabe Andreas Eberle: "Muchos de los sensores llevan décadas cumpliendo su función con precisión en la cervecería familiar. Algunos se instalaron en Dinkelacker a finales de los años 90 y principios de los 2000”. Otra ventaja es que, al centrarse en una sola serie de sensores, la empresa ha de almacenar menos piezas de recambio y, en el caso muy improbable de que se produzca un fallo, pueden reaccionar con rapidez y cambiar los sensores fácilmente. Además, si surgiera un problema urgente, valoran mucho la cercanía de la Sensor People por su asistencia inmediata.

Flujo de material sin atascos o colisiones

Los sensores de Leuze se utilizan en diferentes puntos de la planta embotelladora y cada uno desempeña unas tareas específicas. El proceso empieza en la planta embotelladora con la limpieza de las botellas, las cajas y los barriles de cerveza. La limpieza y la higiene son muy importantes. "Los sensores ópticos PRK se instalan en cada sección de la cinta transportadora y detectan palets, barriles, cajas de cerveza o incluso botellas", explica Frank Karle, Jefe de Mantenimiento Eléctrico de Dinkelacker. "Así se regula automáticamente la velocidad de las cintas transportadoras para evitar atascos y colisiones". En la sección de envasado de barriles, Dinkelacker ha instalado aproximadamente 100 sensores en las cintas transportadoras. Allí se limpian y se llenan hasta 240 barriles por hora. Dos nuevos robots, que parecen un vaso lleno de cerveza, ayudan a los empleados: elevan los barriles vacíos o llenos y los colocan sobre la cinta transportadora o los palets. Dinkelacker instaló estos nuevos robots durante los cierres gastronómicos debidos a la pandemia de covid. La tecnología de seguridad de Leuze también desempeña un papel importante con los robots: los dispositivos de seguridad multihaz MLD protegen la zona de trabajo frente al acceso no autorizado desde el exterior. Dos sensores PRK conmutados de forma transversal frente a cada robot detectan de manera fiable el palet entrante. Entonces activan la función de muting, que desactiva brevemente las cortinas ópticas de seguridad para que el palet pueda pasar.

72.000 botellas limpiadas por hora

Las cajas vacías de cerveza se limpian por medio de una máquina especial. Las botellas que fueron retiradas anteriormente acaban en una gran máquina destinada a la limpieza de botellas, donde se limpian con agua a una temperatura de 80°C. Esta máquina puede manipular hasta 72.000 botellas por hora. Aquí los sensores de Leuze también son indispensables para la seguridad de las operaciones: los sensores de la serie PRK detectan de inmediato si una botella no está alineada en la máquina de limpieza de botellas, en cuyo caso detienen la máquina. De nuevo el acceso está monitorizado por cortinas ópticas de seguridad. Tras la limpieza se comprueba si quedan residuos en cada botella. Si aún hay residuos en la botella tras el primer paso o restos de etiquetas adheridos al exterior, la botella pasa por la máquina de limpieza por segunda vez. Si vuelve a ocurrir lo mismo, la botella es rechazada. Esto significa que: "Si los amantes de la cerveza quieren hacerle un favor a la cervecera, no deberían introducir nada en las botellas y deberían dejar abierto el tapón mecánico antes de colocarlas en la caja", señala Frank Karle.

Limpias y llenas de nuevo

Si las botellas no están dañadas y están completamente limpias, se vuelven a llenar. Los sensores de Leuze permiten regular la velocidad de la cinta transportadora. El sistema calcula la velocidad óptima en función de la distancia entre dos botellas. La instalación de botellas reutilizables rellena a continuación las botellas con cerveza y puede manejar hasta 66.000 botellas por hora. Esto equivale a 3.300 cajas. El envasado de botellas con tapón superior se lleva a cabo en una línea de producción independiente y rellena 30.000 botellas por hora, equivalente a 1.500 cajas por hora. Durante el proceso de envasado se comprueba si el nivel de contenido de las botellas es correcto. Tras su cierre, los sensores PRK detectan si cada botella retornable ha sido correctamente taponada con corona o si la botella con tapón mecánico se ha cerrado de manera correcta. A continuación, se etiquetan: la botella se alinea y se le aplican las etiquetas en el cuello, el cuerpo, y la parte posterior. Aquí tampoco se deja nada al azar: se comprueba la posición correcta de cada etiqueta sobre la botella mientras se encuentra en la máquina.

Todas las cajas a la vista

A continuación, la empaquetadora se pone en marcha. La máquina carga varias cajas al mismo tiempo con 20 botellas de cerveza cada una. En esta etapa también se emplea la tecnología de sensores de Leuze: "Durante la monitorización de las cajas llenas, los sensores detectan en una fracción de segundo si se ha llenado por completo una caja", explica Andreas Eberle. "Si falta una botella o si se halla en posición horizontal, la caja es rechazada y el error es corregido manualmente por un empleado". Cuando las cajas se llenan con botellas que llevan tapones mecánicos, también se alinean con las etiquetas hacia fuera para que su aspecto sea más atractivo. Los sensores de Leuze detectan las etiquetas sobre las botellas y proporcionan el posicionamiento correcto a la máquina. El último paso es la colocación de las cajas sobre los palets y su entrega. Aquí también se usan sensores para detectar la presencia de los palets y optimizar el flujo del material.

Tradición continua

Seis marcas bien conocidas, cervezas para todos los gustos y una producción casi totalmente automatizada que llena miles de botellas y un elevado número de barriles por hora: la cervecera familiar Dinkelacker de Stuttgart ha evolucionado con éxito hasta la era moderna. Con una técnica de sensores robusta y de detección fiable, la Sensor People de Leuze contribuyen de forma decisiva a una producción eficiente en todas las fases del proceso. Carl Dinkelacker ni siquiera lo habría soñado en 1888, pero encontraría de nuevo una cosa que no ha cambiado 135 años más tarde: la pasión por elaborar cerveza de máxima calidad a partir de ingredientes regionales.

Con curiosidad y determinación, la Sensor People de Leuze han desarrollado las innovaciones y los hitos tecnológicos de la automatización industrial durante más de 60 años. Su impulso es el éxito de sus clientes. Ayer. Hoy. Mañana. La gama de productos high-tech del líder tecnológico incluye una gran selección de sensores distintos para la automatización industrial. Entre ellos, se encuentran sensores de conmutación y de medición, sistemas de identificación, soluciones para la transmisión de datos y el procesamiento de imágenes. Como experto en seguridad, Leuze también se centra en los componentes, servicios y soluciones para la seguridad en el trabajo. Leuze se focaliza en las industrias principales para las cuales la Sensor People cuenta con un amplio y específico know-how en aplicaciones y muchos años de experiencia. Estas industrias son la intralogística, el envase y embalaje, la máquina-herramienta, la industria del automóvil, así como la automatización de laboratorios. Fundada en 1963, Leuze tiene su sede central en Owen/Teck en el sur de Alemania. Hoy en día, la empresa cuenta con alrededor de 1600 Sensor People que, con compromiso y pasión por el progreso y el cambio, se aseguran de que sus clientes sigan teniendo éxito en una industria que experimenta continuamente cambios. Todo esto ya sea en los centros de competencia tecnológica o en una de las 21 filiales, contando con la colaboración de más de 40 distribuidores internacionales. www.leuze.com